Comencé mi aprendizaje musical cuando era una niña. Al principio tocaba el violonchelo, después cambié el tipo de instrumento y empecé a tocar el piano. Mis maestros estaban convencidos de que iba a seguir aprendiendo a tocar este instrumento. Mi decisión de cursar estudios vocales quizás sorprendió a todos.
Hoy, con la perspectiva que me da el tiempo, pienso que acerté en mi elección. Pienso que a través del canto puedo realizarme y expresarme completamente como artista.
Desde luego es difícil imaginarse cómo habría sido mi carrera de haberme convertido en pianista...
En general dividiría a los cantantes en dos grupos: el primero comprende a los vocalistas, que consiguen todo con un duro trabajo, profundizan en los misterios del canto, conocen la manera apropiada de respirar, etc. El segundo grupo lo forman los cantantes que nacen con la predisposición para tal profesión. Hacen una gran carrera a veces incluso sin conocer ni las notas...
Según esta clasificación yo pertenecería al primer grupo. Los años de estudios fueron un trabajo duro, practicaba cada día durante muchas horas, escuchaba la grabación de artistas conocidos intentando comprender de qué manera producía determinados sonidos, todas las frases, cómo respiraban... Al terminar los estudios era totalmente consciente tanto de mis posibilidades como de mis limitaciones. A decir verdad, ya había ganado el primer premio en el concurso vocalista de Londres, el segundo en Rio de Janeiro, un contrato para el Covent Garden para el papel de Liù, un contrato estable con el Gran Teatro de Poznan. Sabía, sin embargo, que por ninguna razón podía dejar de estudiar.
Hoy sigo atendiendo a mis profesores, y sólo si el tiempo me lo permite me encuentro con la Prof. Sra. Irena Galuszko de Wroclaw, con la cual preparo mis nuevos papeles. Sus amistosas observaciones críticas son extremadamente valiosas para mí.
Un cantante debería comenzar su carrera con mucho cuidado. Hay que aprender las técnicas teatrales, conocer sus secretos. No hay que despreciar al principio los pequeños papeles, porque son un importante elemento para la formación de la experiencia profesional. Creo que muchas personas en Poznan aún me recuerdan aunque sea como Annina en La Traviata o Mi en El país de las sonrisas...
Hay que cantar en todas partes. Se canta para el público. Es necesario buena voluntad y respeto al público, a cada público. Y mirar al mundo no sólo desde el prisma de los honorarios.
La representación en los así llamados "grandes teatros" no siempre es mejor que en los pequeños teatros, a menudo - conocidos injustamente - como provincianos. El principal problema de los teatros pequeños es, por desgracia, el dinero - la opera es un arte lujoso y más bien es imposible realizar una representación con pocos medios económicos...
No obstante, el problema no radica únicamente en la situaciOacuten financiera - pienso también en algo que llamaría el estos del trabajo. Hablando con precisión, tengo en mente el proceso de realización de la representación, la dirección y la organización de los ensayos. En los teatros prestigiosos el periodo musical de preparación de la representación dura alrededor de un mes, tiempo aprovechado al máximo en los ensayos.
Cómo se hace carrera... En verdad quizás nadie puede decir por qué unos lo consiguen y otros no...
Al principio de la carrera profesional es seguro que los concursos vocales juegan un papel importante. La consecución de un premio facilita significativamente el inicio y abre nuevas posibilidades de desarrollo. Las finales de los concursos atraen - como observadores - a los directores de los teatros, los agentes, etc... creando posibilidades reales para "la aparición en el mercado". Ese sólo es el comienzo, y creo que justamente en ese momento hay que tener mucho cuidado - no hay que dejarse arrastrar por la autoadoración ni creer todo lo otros dicen de nosotros... Todos conocemos el caso de personas que consiguieron el primer lugar en concursos, aparecieron con total esplendor en la escena operística, fueron jaleados, tras lo cual desaparecieron sin dejar pistas...
Hay que saber elegir el repertorio. El interés de los cantantes raramente se corresponde con el interés de los directores de los teatros y el publico. Acaso una cantante madura de media edad puede ser siquiera una convincente Butterfly de 15 años? Depende del punto de vista. La salida ideal sería encontrar a una soprano jovencita que esté a la altura de este papel. Pero esto ¡es un idealismo! La realidad es que este es un papel extraordinariamente exigente y si se interpreta demasiado pronto puede dejar tras de sí secuelas irreversibles.
Hay que aprender a decir que "no". Han subrayado esto una gran cantidad de artistas conocidas, incluidas mis favoritas Mirella Freni y Leontyna Price.
Una colosal importancia tiene la "relación" con el agente. La colaboración ideal es aquella en la que el agente está dispuesto a "invertire" en el artista, lo comprende y defiende frente a papeles inapropiados, no lo obliga a aceptar todas las ofertas.
Hay que aprender a aceptar la crítica y si es sincera y amable sacar de ella consecuencias, no enemistarse, porque después de todo somos sólo personas y cada uno tiene derecho a equivocarse. No obstante, hay que ser consciente de a dónde se quiere llegar y qué se quiere conseguir.
Traducción Antonio María López González